Las tarifas de acceso, también llamadas peajes, son unos gastos regulados por la administración que el cliente debe pagar en su factura para cubrir los costes del sistema eléctrico. En estos gastos se incluyen todos los gastos fijos o variables que no van ligados a la comercialización de la energía, es decir, gastos de infraestructura, mantenimiento, empresas gestoras…
Esta tarifa la factura el distribuidor a las comercializadoras, que son las que finalmente se lo repercuten al cliente final. El distribuidor hace de recaudador para el sistema eléctrico. Los importes que ingresa por estos conceptos son transferidos a la Comisión Nacional de Mercados y Competencia, que es el ente encargado de gestionar estos ingresos para el sistema.